La sencillez de vivir

La sencillez de vivir

Abres los ojos. Ya amaneció. Es domingo y está lloviendo, te levantas, preparas café (vaya que el olor del café es un placer), revisas tu celular. Hace frío, tomas café, ves por la ventana y sigue lloviendo (¿Puedes escuchar la lluvia?).

Hay momentos de nuestra vida que no necesitan lujos, no necesitan marcas, ni fotos que publicar. La sencillez de vivir con aquello que te hace feliz, lo que te saca sonrisas, lo que te hace mejor persona, lo que te llena el alma. 

¿Cuántas veces hemos escuchado “tenía  todo pero no era feliz”? No se trata de acumular riquezas, sino más bien de acumular momentos, recuerdos, experiencias, conocimientos y sobre todo sonrisas. Es cierto que comprar algo nuevo genera emoción, esa emoción de estrenar, de usar algo que gusta, pero la verdadera felicidad está en haber trabajado hasta tarde para conseguirlo.


Haré eco de algo que ya hemos escuchado anteriormente, “Mientras llegas a tu destino, disfruta el camino”, y es que vaya que aprender durante el viaje vale más que el viaje mismo. 

No digo que no nos podamos comprar algo, pero la sencillez va más allá de lo material, es disfrutar lo qué haces, sentirte tranquilo, pleno. 
La próxima vez que te encomienden una tarea pesada o un proyecto complejo, recuerda aprender mientras lo ejecutas y sobre todo no olvides, regalarte un café, ver por la ventana mientras llueve y decir “lo logré y me merezco este momento”. 

La vida es un regalo muy grande. Te mereces lo mejor, te mereces ser feliz, esfuérzate por darte calidad. Calidad de amigos, calidad de tiempo, calidad de experiencias, calidad de familia. 

Vive sencillo, vive feliz y no olvides tomarte un buen café. 

José Miguel Coello

Fundador de Manito